Viaje a Vietnam
Esta si que ha sido todo una aventura, ha habido muchas cosas muy variadas, desde la ciudad de Ho Chi Minh City, pasado por Da Nang, hasta Hue o Hoi An donde parecía que vivía en una caricatura o un sentir que ya había estado ahí antes, un Deja Vu, era como si se tratara de un lugar que pertenecía al reino de la mente o los recuerdos, no lo sé.
Pero si no lo escribo el sentimiento se desvanecerá en el flujo inexorable del tiempo… el tiempo es el gran disolutor.
La llegada
Ho Chi Minh City, se escucha muy extrafalario, cuando llegué no estaba nervioso, un par de muchachos de Bangladesh me habían acompañado en el avión desde Bangkok y ahora intentaban hablar conmigo en un inglés mocho mientras pasábamos por migración, una vez del otro lado, presentando los papeles correspondientes me dispuse a preparar mi conexión al internet, estuve un rato tratando de echar a andar mi celular hasta que me di cuenta de que lo único que necesitaba hacer era reiniciarlo, teniendo todo listo ahora si me dispuse a aventurarme en el país, crucé el umbral que separa México de Vietnam, ósea la puerta del aeropuerto, y es que siempre me pasa, cruzar esa puerta es entrar en lo desconocido, pero esta vez todo me parecía tan normal, no pensé mucho, tome un taxi, cosa que nunca hago, y creo que eso cambió todo, o es que la ciudad me hizo que asi fuera, porque de no haber sido por los taxis no hubiera llegado a ninguna parte, me llevaron a mi zona y me fue bien, no tardé en darme cuenta que estaba en la parte más nice de la ciudad, tal vez del país, era el San Pedro de Vietnam, la torre más alta, los complejos de departamentos más elegantes, tiendas y restaurantes muy nice, sin batallar llegué a mi airbnb, muy limpio, todo muy bien, todavía era un poco temprano asi que fui al mall y busqué el área de comidas, eso es internacional, era como si supiera a dónde tenia que ir, pero no es que yo supiera sino que las cosas ya son asi, están puestas para que nadie batalle, todo es lo mismo en todas partes, vi un restaurant de comida tailandesa y no dudé en que tenía que volver a probar pad thai, me encantó, de hecho volví a ir ahí un par de días después…. para conocer la ciudad había contratado un tour en motocicleta que me llevaría a comer por los lugares locales más representativos, en un rato pasaron por mi, era un chavo que inmediatamente, con la confianza que da el hacer ese trabajo muchas veces a la semana, me llevó por los callejones y calles de la ciudad, no tardé mucho en darme cuenta que no se podía ver la ciudad si no era en moto, comencé a disfrutar la comida que me pareció muy rica aunque teniendo siempre en mente el miedo de que podía hacerme daño por no estar acostumbrado, por fortuna eso no pasó, visitamos varios lugares y empecé a sentir la emoción de andar en la parte de atrás de una moto rebasando y yendo a toda velocidad, de alguna forma todas esas motos no chocaban, estaban tan cerca una de otra que me parecía increíble no ver accidentes en cada esquina, los semáforos eran de adorno, no significaban nada para nadie, excepto los carros. Se llegó la noche, no quería que terminara el primer día, porque de ahí en adelante todo se va muy rápido.
El segundo día también, un tour por la ciudad, pero ahora por los lugares emblemáticos, fuimos de nuevo en moto, templos e historia, incluso donde se inmoló un monje budista y que hay una estatua en una pequeña plaza, comenzaba a darme una idea de cómo era la ciudad, la orientación, pero había algo que siempre me hacía tener mucha confianza, el hecho de poder ver la torre Landmark 81 desde cualquier parte, eso era para mi una referencia que hacia la diferencia, saber en dónde estaba mi hospedaje me daba tranquilidad. En la tarde otro tour de comida callejera ahora por otras partes diferentes, esta vez una muchacha, me daba risa como cada rato me preguntaba si tenía miedo por la velocidad a la que iba, pero creo que era parte de la experiencia, terminamos platicando en un café sobre su familia y los planes que tenía, yo quería conocer a las personas y tratar de entender cuál era su motivación, o qué esperaban del futuro o cuales eran sus planes, durante el resto del viaje seguiría hablando con ella y con los otros dos muchachos, trataban de darme tips en los lugares donde andaba y mínimo tenía alguien con quien platicar mientras se hacía de día en Cadereyta. Último día en Ho Chi Minh, otro tour, ahora por la parte de la guerra, otros lugares emblemáticos y un café al final del recorrido… voy a extrañar el café de Vietnam. En la tarde-noche una caminata por el complejo de departamentos donde me encontraba y subir a la torre más alta del país, obligatorio si ya estaba ahí. De regreso al airbnb preparé todo para el vuelo del siguiente día.
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